EL PODER DEL ESPACIO BIEN ORGANIZADO.
Foto de Thanos Pal
El título es redundante, pero es uno de los principales errores que comete todo opositor: no saber cuál es su lugar de estudio. ¿Te ha pasado alguna vez que no eres capaz de concentrarte y en vez de estudiar, usas el teléfono, te levantas a la nevera, te pones hasta a ordenar cuando antes ni se te ocurría? No eres al único que te pasa.
Dejemos algo claro: la concentración no es solo cuestión de fuerza de voluntad. Muchas veces, el entorno que nos rodea juega un papel determinante. Y ahí es donde entras tú.
Y puedes preguntarte, ¿qué necesito para estudiar?
Un espacio limpio, cómodo y adaptado a tus necesidades (porque, como en todo, no todos somos iguales ni necesitamos lo mismo).
Evitar el caos visual, el ruido o una mala iluminación porque se activan estímulos que compiten con nuestra atención. Y esto, a la larga en una jornada, produce agotamiento mental.
Organización de material de estudio: papeles, normativa, bolígrafos…
Entonces, ¿cómo crear un espacio que favorezca la concentración y el aprendizaje?
Aquí van algunas claves prácticas y efectivas:
ELIGE EL LUGAR
Lo ideal es contar con un sitio fijo para estudiar. Tu cerebro asociará ese lugar con concentración y rutina, lo que facilita entrar en “modo estudio”. Si no tienes una habitación solo para eso, crea una zona específica en tu casa, aunque sea pequeña (la cocina, la terraza, el salón…). Lo importante es que ese espacio esté libre de distracciones.
Sobre todo y por favor: evita estudiar en la cama o en el sofá. Aunque sean cómodos, tu cuerpo los asocia con descanso, no con productividad. Tu postura también se resiente, y al final terminas cansándote antes.
MINIMALISMO, POR FAVOR.
Un escritorio lleno de cosas innecesarias es una fábrica de distracciones. A veces tenemos trozos de papel, tazas acumuladas, rotuladores secos, bolígrafos sin tinta. Antes de estudiar, déjate cinco minutos para organizar el espacio de trabajo. Deja lo que vayas a usar y ten a mano papel en sucio ( que debes tirar al finalizar el estudio) porque SIEMPRE, y ya hablaremos en otro post, es necesario.
El minimalismo visual ayuda a que tu mente se centre en lo que importa. Además, recoger el espacio después de cada sesión genera una sensación de cierre y te prepara mejor para la próxima jornada.
CUIDA LA ILUMINACION
La luz natural es la mejor aliada para mantener la atención, así que si puedes, ubica tu escritorio cerca de una ventana. Pero si estudias de noche o no cuentas con buena luz natural, invierte en una lámpara de escritorio que no canse la vista. La luz blanca o neutra es mejor que la cálida para tareas que requieren concentración. Tienes muy buenas opciones en Amazon muy asequibles y preparar la zona de trabajo es fundamental
EVITA EL RUIDO ( O EL SILENCIO ABSOLUTO)
Depende de cada opositor, se debe actuar en consecuencia. ¿ Te concentra la música? ¿prefieres el silencio?
Algunas personas se concentran mejor en silencio absoluto, otras con música suave. Encuentra tu equilibrio.
Si te molesta el ruido, considera usar tapones ( los mejores, como recomendación personal son los de la marca QUIES) o auriculares con cancelación.
Si te ayuda la música, NO elijas canciones conocidas ( la mente puede distraerse) sino melodía sin letra, o sonido ambiental.
Estudia en voz alta, como recomendación para evitar el silencio.
CUIDA LA POSTURA CORPORAL
La silla y la mesa son más importantes de lo que crees. Una mala postura afecta no solo tu espalda, sino también puede provocar dolores de cabeza, de piernas y tu capacidad de estar concentrado. Busca una silla cómoda. Mantén una botella de agua cerca y haz pausas activas cada hora ( te recomendamos leer el post que escribimos sobre el método POMODORO)
¡NO DUDES EN INVERTIR EN TU PRODUCTIVIDAD! Es uno de los aspectos más importantes de tu rutina de estudio.